La llegada de Trump al mandato

El pasado lunes 20 de enero de 2025, Donald Trump tomó protesta como el 47º presidente de los Estados Unidos, a lo que sus propuestas y declaraciones han generado un intenso debate sobre el futuro de las políticas comerciales y económicas de la nación. Durante su trayectoria política, Trump se ha dirigido a implementar medidas proteccionistas, así como, tomar decisiones que procuren los intereses de Estados Unidos frente al resto de los territorios.

Uno de los puntos más destacados de su agenda es la "Ley de Comercio Recíproco de Trump", que busca establecer aranceles recíprocos e idénticos a aquellos impuestos por otros países a las exportaciones provenientes de Estados Unidos. Según la ideología del actual presidente estadounidense, esta medida no solo desincentivaría la imposición de aranceles a los productos de Estados Unidos, sino que además fomentaría la reducción de aranceles a nivel global.

Otra de las estrategias planteadas es la eliminación gradual de importaciones chinas de bienes esenciales en un periodo de cuatro años, lo cual contemplaría restricciones a la inversión de empresas estadounidenses en China y la compra de productos estadounidenses por parte del país asiático.  Dentro de la esfera económica, Trump ha propuesto un arancel general del 10% para todas las importaciones, con la posibilidad de incrementarlo al 20%. En casos específicos, como en la relación comercial con China, podría elevarlo al 60% o incluso al 200% para ciertos productos, entre ellos automóviles fabricados en México por empresas chinas. Según sus declaraciones, estas medidas están alineadas a proteger la economía nacional y recuperar empleos perdidos en sectores estratégicos.

En el caso concreto de las mercancías provenientes de México y Canadá, el presidente estadounidense ha pronunciado la imposición de un arancel generalizado del 25%, lo cual mencionó escuetamente que lo llevaría a cabo a partir del 1ro de febrero de 2025. Adicionalmente, ha propuesto revisar las disposiciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) con el objetivo de renegociar términos que favorezcan aún más los intereses estadounidenses. Durante su campaña electoral, ya había generado un debate significativo sobre el futuro de las políticas comerciales y económicas del país, destacando su intención de invocar la cláusula de revisión del T-MEC para modificar sus condiciones.

El T-MEC, vigente desde julio de 2020, establece en su Artículo 34.7 que las partes deben realizar una "revisión conjunta" en el sexto aniversario de su entrada en vigor, es decir, en julio de 2026. Durante esta revisión, cada país confirmará si desea extender el tratado por un nuevo período de 16 años. Si alguna de las partes no confirma su intención de prorrogarlo, se efectuarán revisiones anuales hasta alcanzar una decisión definitiva.

La postura de Trump respecto al T-MEC incluye las posibilidades de imponer aranceles adicionales, así como renegociar términos que, según él, beneficiarían más a Estados Unidos. De ello, es probable que busque modificar áreas como las reglas de origen en la industria automotriz, disputas sobre subsidios agrícolas o industriales, el acceso al mercado energético y las normas laborales y ambientales. Esta perspectiva ha generado preocupación entre los socios comerciales, ya que podría afectar la estabilidad y predictibilidad del comercio en la región.

Cabe recordar que, en octubre pasado, México inició diálogos con Canadá para preparar la próxima revisión del T-MEC. El subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez Romano, sostuvo reuniones en Ottawa y Toronto con el objetivo de alinear posiciones y coordinar estrategias rumbo a 2026. Estos encuentros preliminares han sido parte de una búsqueda por establecer una ruta de trabajo constructiva para abordar algunos temas de interés, como las reglas de origen en la industria automotriz y la integración de cadenas de suministro regionales.

En respuesta a las declaraciones de Trump, la presidenta Claudia Sheinbaum ha destacado que la evaluación del T-MEC en 2026 permitirá analizar los beneficios del tratado sin perder de vista los intereses nacionales de México. Ha reiterado que el país defenderá su soberanía e independencia frente a los intereses de Estados Unidos y Canadá, enfatizando que el actual modelo político de México ya no está subordinado a un esquema que sacrificaba la soberanía, en referencia al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994.

En cuanto a Canadá, y tras la renuncia de Justin Trudeau a su cargo, Sheinbaum ha señalado que este cambio no debería ser perjudicial para la renegociación. Además, reconoció las virtudes del sistema de salud pública canadiense, destacando las similitudes y oportunidades de colaboración entre ambos países. En comparación con Estados Unidos, Sheinbaum afirmó que el T-MEC refleja un complemento de fortalezas entre las Partes de la región. Por lo que a pesar de las tensiones previas, ha mantenido una postura de cooperación, señalando que México trabajará de manera conjunta sin subordinarse a las políticas estadounidenses.

En resumen, las promesas y propuestas de Trump reflejan una visión proteccionista y nacionalista que busca reposicionar a Estados Unidos como una potencia económica autosuficiente, muchas veces a expensas de las relaciones comerciales globales y los acuerdos multilaterales. Estas políticas, aunque controversiales, resaltan su enfoque en la centralización del poder y la protección de los intereses estadounidenses como prioridad absoluta.

El retorno a las barreras arancelarias, como plantea Trump, podría representar un retroceso hacia modelos económicos del pasado. Esto abre la pregunta: ¿sería esta estrategia beneficiosa para impulsar la economía global o conduciría a una mayor fragmentación entre bloques económicos? Además, considerando las interdependencias actuales, cabe cuestionarse si algún país está realmente preparado para alcanzar una autosuficiencia económica en el contexto global contemporáneo. Las posibles implicaciones incluyen una pérdida de competitividad global, el incremento en los costos de bienes y servicios esenciales, una reducción en la diversidad de productos disponibles y el impacto negativo en las cadenas de suministro internacionales. Por lo que, estas dinámicas podrían llevar a desequilibrios económicos y tensiones que dificulten el desarrollo económico de los países.

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