México puede ser potencia en la industria aeroespacial

06 de noviembre de 2017

En México existen alrededor de 320 empresas del sector aeroespacial, se estima que 80% se dedica a la manufactura y el resto a diseño e ingeniería. Gracias a esto, nuestro país figura en el top 15 de proveedores de dicha industria a nivel global.

En opinión de Bruno Juanes, socio responsable de innovación y manufactura de Deloitte México, se está avanzando en el camino correcto, pues el sector tiene un crecimiento sólido, genera más de 3,000 empleos de valor añadido en todos los aspectos del ciclo de esa industria y genera exportaciones por más de 5,500 millones de dólares (mdd).

Lo que tenemos a favor y en contra

Una de las ventajas de la aeronáutica, como en cualquier otro sector manufacturero, es el bajo costo de la mano de obra. También tiene a su favor la cantidad y disponibilidad de ingenieros de buen nivel.

Desde el punto de vista de Juanes, entre los retos que tiene por delante están el alto costo de las telecomunicaciones, la infraestructura de transporte que dificulta la exportación, la facturación en las aduanas y la falta de capacidad en puertos y aeropuertos.

“Existen esas restricciones, pero también tiene las mismas oportunidades y ventajas competitivas que el resto de la industria manufacturera. El diferencial es la mano de obra a nivel técnico de ingenieros que es más accesible que en otros países y es de muy alta calidad”, explica.

Para Alvar Saenz-Otero, director del Laboratorio de Sistemas Espaciales (SSL, por sus siglas en inglés) del Massachusetts Institute of Technology (MIT), no hay duda de que México tiene un papel muy importante en la aeronáutica ya que, en ciudades como Juriquilla, Querétaro, o Jalisco se está desarrollando mucha ingeniería en ese rubro.

El destacado especialista de origen mexicano que también trabaja para el Centro de Investigación Ames de la NASA, indica que un punto fuerte de nuestro país es su potencial para innovar en la manufactura.

“Sabemos que la investigación aeroespacial de punta no está sucediendo en México, pero ya se está intentando. Sin embargo, cuando algo está hecho en México, se sabe que está bien hecho. En ese sentido, esta industria ofrece esa confianza. Otros sectores reconocen ese talento y están permitiendo que los mexicanos innoven directamente en diseño, los conceptos pueden venir de Estados Unidos o Europa, pero el diseño se queda y se trata de mejorar en el país”, advierte.

Derribando muros

Saenz-Otero posee un amplio conocimiento en las ciencias espaciales y su exitosa carrera en una de las universidades más prestigiadas del mundo le permite afirmar que la automotivación y el esfuerzo son las principales herramientas para triunfar a pesar de las limitaciones que puedan existir.

Actualmente hay diversos recursos para que los jóvenes se acerquen a dispositivos electrónicos, a temas de programación o de electrónica a través de internet. La pasión y la diversión son requisitos, en todo caso, para llegar al éxito.

“Desafortunadamente en México todavía falta que la educación básica sea realmente buena, que nos dé las herramientas esenciales que necesitamos. Sería utópico decir que en el país no hay ninguna barrera. Existen jóvenes en comunidades que no tienen recursos para llegar al MIT, pero no es imposible. Sí existen barreras, pero no son irrompibles. Conozco a mexicanos que han venido a MIT pero hicieron su doctorado en la UNAM, y sus padres ni siquiera terminaron la primaria”, añadió.

En palabras de Bruno Juanes, la clave del futuro de la industria aeroespacial en México está en diferenciarse no tanto por el costo de fabricación, sino por el valor agregado que se da a la manufactura, al tiempo que se forje una mayor participación en los procesos de diseño, de ingeniería y de optimización de las cadenas de fabricación utilizando tecnología de punta, internet de las cosas y manufactura aditiva.

Dicho de otro modo, todo tipo tecnologías que formen parte de la manufactura 2.0 para entrar al mundo digital y dejar de ser solo fabricantes de piezas. La meta es ser más competitivos, identificar nuevos modelos de negocio basados en la generación, captura, intercambio y análisis de datos de modo que nos posicionemos más que como una potencia manufacturera, como una potencia de la industria del conocimiento aeroespacial. 

Fuente: MarÍa Guadalupe Sandobal Meza para Forbes México

Anterior
Anterior

Congresistas de EE.UU. crean un grupo para fortalecer las relaciones con México

Siguiente
Siguiente

Avance de la tercera garita de Otay es parte de un programa piloto